Para poder verte necesito perturbar el cielo que tanto me gusta, y no estoy por completo segura de querer hacerlo. Ya sabes, los colores, la sombra, el ruido, implica demasiada responsabilidad. Imagina, por ejemplo, que sea de noche y alguien pida un deseo pensando que es una estrella, yo sé que ya casi no pasan estrellas pero en el caso hipotético, robaría un deseo, eso es demasiado para mí. No lo soportaría, o eso creo.
Tu boca es de esas que besas con riesgo, despacio, solo por precaución, por aprecio al menos a una de tus células. Por amor al hombre, ¡qué sé yo, a la evolución! A mi boca le combina el miedo al fracaso, por eso aún no la he llevado con la tuya. Caución, le dicen. Me da miedo.
A tu cuerpo no me lo encuentro porque dudo querer delirar ahora. A tus miedos los evito porque quiero tener qué descubrir luego. Y es por eso que vivimos lejos; porque si quiero una vida contigo necesito diversión para el rato.
Yo te amo.