Exceso de rímel, dulces ojos cafés, una mancha opaca y... la pestaña que vuela.
Desesperanzada pido un deseo, de aquellos que no me importarán si no se cumplen; de esos que aseguran mi ingenuidad ante las leyendas urbanas que creen en las pestañas caídas y las estrellas fugaces... algo como una ley universal.
Los pensamientos asaltaban mi cabeza y las lágrimas embarcaban mis ojos. Las penas con complejo de navíos se hundían en lo que parecían remolinos de esperanza, de esa esperanza negra y dañina que arrasa con todo a su paso. El hundimiento de las embarcaciones se detuvo en algunos segundos, una sensación incómoda. Corrí un poco mi párpado, allí estaba ella, previniendo el acercamiento de mi dedo, pues sabía que se dirigía hacia ella, la tomé, sin la intensión fija de pedir un deseo, pensé en la felicidad... pues si esto no ocurría no sentiría mayor vacío, un poco de pérdida de lucidez, un poco menos de brillo en los ojos, y un nombre más en una larga lista de víctimas.
Lágrima, calma. Al explorar mi otro ojo encuentro otra maldecida, destinada a caer esta noche. Por si el deseo "no fue escuchado" repito mentalmente: "Sólo quiero ser feliz, sin compañía, sin dinero, sin trucos, sólo la felicidad y yo." Esta cayó mas lento, esta jugaba con el aire a columpiarse en la inmensidad. Finalmente tocó el piso, no sé donde está, no la buscaré, pues sé que de encontrarla, la tiraría y recogería un millón de veces. Optaré por esperar a ser feliz.
Desesperanzada pido un deseo, de aquellos que no me importarán si no se cumplen; de esos que aseguran mi ingenuidad ante las leyendas urbanas que creen en las pestañas caídas y las estrellas fugaces... algo como una ley universal.
Los pensamientos asaltaban mi cabeza y las lágrimas embarcaban mis ojos. Las penas con complejo de navíos se hundían en lo que parecían remolinos de esperanza, de esa esperanza negra y dañina que arrasa con todo a su paso. El hundimiento de las embarcaciones se detuvo en algunos segundos, una sensación incómoda. Corrí un poco mi párpado, allí estaba ella, previniendo el acercamiento de mi dedo, pues sabía que se dirigía hacia ella, la tomé, sin la intensión fija de pedir un deseo, pensé en la felicidad... pues si esto no ocurría no sentiría mayor vacío, un poco de pérdida de lucidez, un poco menos de brillo en los ojos, y un nombre más en una larga lista de víctimas.
Lágrima, calma. Al explorar mi otro ojo encuentro otra maldecida, destinada a caer esta noche. Por si el deseo "no fue escuchado" repito mentalmente: "Sólo quiero ser feliz, sin compañía, sin dinero, sin trucos, sólo la felicidad y yo." Esta cayó mas lento, esta jugaba con el aire a columpiarse en la inmensidad. Finalmente tocó el piso, no sé donde está, no la buscaré, pues sé que de encontrarla, la tiraría y recogería un millón de veces. Optaré por esperar a ser feliz.
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