Las ratas viven en la inmundicia del asfalto. Son paridas en hospitales, se corta su cola y se entregan en sábanas de moho a la sociedad patriarcal de madres ratas. Ellas besan a sus ratitas con amor y se entrenan para morir por y para ellos. Sus crías comienzan a caminar con libertad bajo supervisión, sus madres van a la basura a comer y alimentar mientras ellos juegan con lo que sea que encuentren.
Con el tiempo crecen y buscan más ratas para relacionarse dejan de jugar y de demuestran afecto. Pronto piensan en crías mientras buscan basura y alcantarillas en arriendo. Sus padres mueren, ellos procrean y nuevas ratas nacen para morir.
¡Ratas, ratas todos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario