12 de enero de 2014

De los manjares y otras patrañas.

No soy una dicha, un placer, ni mis labios son un manjar afrodisíaco, he besado con o sin ganas, con o sin amor y con olvido en los hombros. He dicho estupideces, me he equivocado más de lo indicado, he mentido y humillado, mi lengua ha probado más de lo necesario, se ha sometido más de lo indicado y ha decidido metamorfosear por gusto. Para mí besarte podría ser un juego placentero, no más. Soy como tú, no hay nada especial ahí.

No hay comentarios: