23 de febrero de 2013

¿Qué tal si nos empezamos a necesitar?

Me levantaré en la madrugada, con un buen café, cargado tal vez, un libro, una cobija que me de calor y una linterna; no existe lágrima que se niegue a drenarse en ese momento.
 

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡CÁSATE CONMIGO!