14 de febrero de 2013

Pequeña mujer

Año 2OO7

Estaba sola en mi mundo de muñecas, pensando en lo difícil que sería entrar al colegio, a uno más grande, con mas personas, un mundo de desconocidos faltos de confianza y amor.

Una profesora me guiaba por un pasillo interminable, de personas que con su altura parecían devorarme, había un pequeño espacio en mi boca que habían dejado dos de mis dientes frontales; mi lengua rozaba mi encía rápidamente, pues los nervios necesitaban salir, y yo no podía gritar.

Entré a un salón de pequeños monstruos, que con sus muñecas y carros se esmeraban por llegar a la cima del mundo. En un rincón apartado junto a otras dos niñas estaba ella, una pequeña morena, de ojos cafés, una sonrisa eterna, con un pensamiento admirable y un corazón lleno de amor.

Por alguna razón el destino me separó de ella por casi dos meses, es algo que jamás le perdoné, pero fue una buena decisión, pues ella entró a mi corazón en el momento justo. En el instante en que necesitaba de una amiga, de alguien especial que lograra hacerme sonreír con cada uno de sus tontos chistes o hacerme llorar dejándome claro que había cometido un error.

Habían tantas cosas en común, pero todo se resumía a una sencilla palabra: "Brujillizas" ¿te acuerdas? Yo era el sol y tu la luna. Nuestras conversaciones se basaban en estrellas, muñecas, series de televisión, Santiago, diarios, gustos ...
Año 2O13

Dos de los monstruos que se encontraron aquella vez en ese salón que era cada vez mas pequeño para dos aventureras, siguen juntas; tú y yo. Mi madre dice que las amistades se construyen con el tiempo, bueno, han sido seis años, imposible que lo nuestro no sea una amistad real. 

En estos seis años he aprendido mucho de ti, de los pensamientos que te rodean, de la ciencia del querer, he aprendido que no es imposible encontrar una amiga de verdad. Gracias por verme crecer, por ser transparente conmigo, por contarme de ti, por permitirme descubrirte; con todos los misterios que te rodean, por darme motivos para sonreír día a día, por demostrarme mis falencias con tal sentido de la realidad que no me permito cometer el error dos veces. Gracias por mantenerme a salvo de la sociedad, por darle otro sentido a mi soledad y a mi silencio, por estar conmigo, siendo tu y permitiéndome ser yo.

Hemos crecido y madurado, nunca pensé que estos tiempos llegasen tan rápido, ni con personas que me marcaran tanto; espero poder estar junto a ti el tiempo que sea merecido.

¡TE AMO PAULA ALEJANDRA!

1 comentario:

Unknown dijo...

Hay que valorar una buena amistad, ya que amigos de verdad son pocos.
Besos y abrazos