25 de julio de 2013

Su cabello, sus ojos, cómo se humedecían sus labios. Su mirada maniática buscando metáfora en la realidad, plasmando palabras en un lienzo infinito que a cambio de su inspiración le robaba poco a poco su alma, su cuerpo, su energía. Le donaba su fuente de vida a la sanidad que le pretendía. No ansiaba nada más que la ultima capa de pureza que adornaba su cuerpo. Nada más ni nada menos. Una malicia, una forma de tortura básica y deliciosa. Delicada y sutil en el marco de lo pagano; de lo pagano con sobremanera.

No hay comentarios: