8 de junio de 2012

Ahogándome en mis propias lagrimas.

Supongo que el mejor castigo del ser humano son las lagrimas.

Cada persona se da cuenta de sus errores y sus victorias en la medida en la que nos damos cuenta que tan felices somos y para que estamos así, cada nueva historia, da comienzo a un nuevo ciclo, una nueva forma de expresarnos, que tal vez sea saltando de emoción o llorando como niño, lo único seguro en este momento es que encontrar la salida es lo suficientemente complicado como para sentirse estancado.

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