21 de mayo de 2013

Nombre erróneo, teclee de nuevo.

Los errores se solucionan, las heridas se cierran, los espacios se llenan...                             ¿por qué seguir con la misma carga?
Él es una dependencia obsesiva con el pasado, un recuento de momentos valiosos que poco a poco se adjudican un lugar en mis pensamientos, es aquello que me enorgullecía, el significado de cariño, las lágrimas de un par de "te quiero", el aroma de la infancia condensado en balones y helado, una tal memoria que me hiere, un estás lejos, un cada día te vas más, un ya no te veo, ya no te hablo, ya no te siento, sólo te niego.
Él me hacía bien, me regalaba sonrisas, momentos, carcajadas, rabietas, me hacía sentir yo por algunos instantes, protección, cariño. Yo fui una mentirosa infame a su lado, una grosera, una infantil, era un demonio que se hacía pasar por ángel para lograr lo que se proponía.

Después de una distancia proporcional al olvido y un olvido oculto en algunos "te extraño" te extrañé realmente, hice lo que pude para que esta farsa siguiera en pie, te quise con todo lo que fui, pues fuiste aquello que en un momento me tapaba los ojos y no me dejaba ver nada más que un reflejo de sí, pero, ¿realmente parezco de aquellas a las que puedes manejar? ¿soy de esas que te convierten en un circulo vicioso? Espero que no, sólo imaginarlo hiere, y con la ausencia que sobreponen tus cautelosas frases ya estoy lo suficientemente mal.

Llevo alistando las maletas desde el primer día, tengo esa mala costumbre, pienso en el final desde el inicio, ¿y qué? Tómalo como otro de mis caprichos, ser realista desde siempre y no querer terminar de serlo nunca, después podrías completarla con las llamadas perdidas para escuchar tu voz, los cumpleaños en que esperaba verte, los saludos, las despedidas en las que evidente terminaba por extrañarte un poco más, los souvenirs económicos de establecimiento de paso, las vestimentas que coincidieron y los m&m's de aquel helado que sólo fue gustoso a mi paladar por tu compañía.

Así que este es otro intento de clavarte en el papel para inmortalizarte y dejarte ahí, porque sólo eres un recuerdo que me gusta tener presente, porque te quiero, pero no te necesito, no eres el último respiro antes de morir ni el propietario del último nombre que pasará por mi boca.

Otra vez -esperando que sea la última-, adiós.

No hay comentarios: